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29.9.15

OLLARRO EGUNA en Zumaia


El sábado 19 de Septiembre celebramos en Zumaia el día del pulpo, OLLARRO EGUNA.
El Ayuntamiento concedió a los voluntarios de la Hospitalidad una txozna para vender por la mañana sopa de pulpo y por la tarde brochetas también de pulpo, de manera a conseguir un dinerito para la Hospitalidad y para los gastos propios de las actividades de nuestra asociación en Zumaia.



El miércoles y jueves a las 5 de la tarde tocaba trocear los pulpos, el primer día estuvimos 11 y el siguiente 15 voluntarios de 14 a 77 años, y troceamos  850 Kilos de pulpo, el miércoles, para  el jueves  embrocharlas y además picar las  patatas para la comida popular, tela marinera, pero merecía la pena.



Teníamos obligación de presentarnos al concurso, de las 9 de la mañana a las 13 h.
Una voluntaria con su marido hicieron arroz con pulpo y alioli, hubo quien hizo alta cocina, con ayuda de profesionales, cocteles de pulpo con espuma de … bueno el arroz estaba de kutturruttu, y pasamos, porque si no te presentas al concurso, otro año no puedes participar.
Y el sábado día fuerte, desde las 8,30 que empezamos a montar las karpas hasta las 11 de la noche que recogimos  todo.



Un  día espléndido, mucha gente y no se nos dio mal del todo a pesar de que el sitio que nos tocó no era el mejor.
A la mañana la sopa que estaba buenísima la hizo Iñigo, de veras que la gente decía que era la más rica (no tenemos abuela).  Que decir de las brochetas de la tarde, también de kutturruttu.




Mucha gente colaborando mañana, tarde y noche. La verdad  en Zumaia se prestan a trabajar la mayoría de los voluntarios, bastantes prefirieron los días de entre semana, porque no querían estar cara al público.



En fin esperamos presentarnos el año que viene y que nos toque, suele haber sorteo de grupos y de lugares donde se ponen las Txoznas  y ese dinerito que se saca nos viene a la Hospitalidad de perlas, así  que el año que viene más y mejor. 

GORA OLARRO EGUNA!
Mª Nieves



8.9.15

Cada etapa tiene un inicio y un final



De regreso a casa el año pasado tenía en mis manos la llave que cerraba ese camino que tantos buenos momentos me ha dado. Hace unos años, con el apoyo de mis compañeros, asumí con mucha ilusión y compromiso la responsabilidad de coordinar el equipo de jóvenes y a día de hoy la valoración de esta experiencia es muy positiva; es por ello que ha llegado la hora de dar el testigo a una nueva generación.
Hace diez años acudía por primera vez a Lourdes y todo era nuevo para mí, nada era familiar aunque tenía claro que esos cuatro días iban a ser diferentes, tenía muchas ganas de conocer lo desconocido y sobre todo, dar sin esperar nada a cambio. Aún así, nunca llegué a imaginar en ese momento que ese pequeño pueblo ubicado en los pirineos y cada una las personas que participan en la peregrinación me iban aportar tanto, donde lo más pequeño es lo más grande. Ese abrazo, esa sonrisa, esos momentos de complicidad y sinceridad, esos momentos de silencio donde las miradas hablan, esas risas, y a veces esas lágrimas, empatizar, ayudar, acompañar, escuchar, compartir, sentir… Y qué decir, de las numerosas actividades que vamos realizando año tras año con los jóvenes, por ejemplo, esos viernes a la tarde preparando las ofrendas y pintando de color nuestras manos, o los concursos de baile para mover el esqueleto, y todas esas manualidades que hacemos para disfrazarnos y que luego los chavales los llevan como recuerdo, etc. Y si vamos unos años atrás, ¿quién no se acuerda de un musical de Grease? ¿y de las excursiones a Idron? ¿y de las muchas “bodas” que se han celebrado en la misa de los jóvenes?. Sin duda, hemos conseguido convertir para los jóvenes Lourdes en una feria con puestos, en un lugar donde se han celebrado la tamborrada, los carnavales, la feria de Abril, las regatas de la Concha… Cuatro días, dan para mucho…


Lo que empezó a ser un viaje a un lugar muy visitado pero a su vez desconocido, a esperar año tras año el momento de emprender el camino donde el regreso siempre va a ser más enriquecedor. En un corto plazo, de hospitalaria a responsable de un servicio y miembro del consejo en el cual llevo varios años. Durante estos años siempre he tenido el respaldo de mis  compañeros del consejo en todas las decisiones e iniciativas planteadas de cara a los jóvenes, además de su inestimable ayuda en el transcurso de la peregrinación. Actualmente somos varios los jóvenes que estamos en el consejo y junto con el resto de consejeros, cada uno con su visión y experiencia, formamos un equipo comprometido que comparte el mismo fin.
Ambas responsabilidades, me han dado la oportunidad de tener una visión más global de la hospitalidad, de conocer la organización desde dentro, de aprender, de compartir, de conocer a más compañeros de la hospitalidad como de otras hospitalidades, etc. Sin duda, una etapa muy enriquecedora.
Agradecer al equipo de jóvenes, al consejo y a todos los compañeros de la hospitalidad por darme esta oportunidad además de su ayuda y apoyo estos años. Sus consejos y sobre todo, la voz de la experiencia, han sido de gran ayuda a la hora de solventar las dificultades que han ido surgiendo en el camino. También tengo palabras de agradecimiento para mis compañeros Scout Pañoletas Blancas, con quienes comparto muchas horas en la peregrinación, además de en el stage ayudando en la estación. Mismo lugar, Lourdes, pero distintas actividades junto con el espíritu de equipo, el compañerismo y el compromiso me han guiado a conocer otra parte de Lourdes y a vivir otra experiencia única.