Festividad de la Virgen de Lourdes en Donostia

Muchos fieles acudieron a lo largo del día de ayer a la gruta de Lourdes Txiki, en Igeldo, para asistir a las distintas misas que se oficiaron a lo largo de la lluviosa jornada, así como a la finalización de la Novena. Por la tarde se celebró una eucaristía en la renovada iglesia de la Virgen de Lourdes de los PP Capuchinos, en donde nos juntamos un buen número de hospitalarios.
La gruta de Lourdes Txiki responde al desembarco en nuestra ciudad de unos religiosos dominicos franceses que pusieron en funcionamiento el Collège Captier en los terrenos sobre los que hoy se levanta la ikastola Ekintza. Aledaña a las instalaciones y haciendo las veces de ermita privada, los frailes reprodujeron la gruta de Massabielle, la misma en la que la Virgen se apareció a Bernadette Soubirous en 1858.

Tras la marcha de los Dominicos, los Capuchinos tomaron las riendas del lugar y en el año 1933 se llevaron a cabo las obras definitivas que dotaron al santuario de Lourdes Txiki del aspecto actual: una cueva artificial cubierta de exvotos y sentidos agradecimientos por los favores que la Virgen ha hecho a aquellos que solicitaron su auxilio.
Ciertamente, el santuario de Lourdes Txiki es uno de esos lugares donostiarras que goza de una atmósfera singular. Lo experimenta quien llega hasta estos confines de las faldas del monte Igeldo, vecinos al manantial de Olarain, y experimenta el encanto, espiritual, agreste y silencioso, del lugar.