El santuario de San Miguel de Aralar sorprende desde el punto de vista de la fe, de la historia y de la cultura de nuestra tierra. En este pequeño enclave situado a 1.237 metros de altura se conservan elementos únicos de la tradición occidental, además del paisaje inigualable que se observa desde lo alto. El primero de sus atractivos es el templo románico de los siglos XI y XII, con restos prerrománicos. En el interior de la iglesia, destaca el retablo de esmaltes, que perteneciendo a un arte como el románico de gran tamaño, impresiona por las piezas tan pequeñas que lo forman. Pero lo más importante para los muchos devotos que acuden asiduamente a rezar o a las romerías, es la imagen del arcángel San Miguel, que es única, ya que es la única en la que está representado con los brazos en alto sujetando la cruz, y no con la lanza y el demonio a los pies, como aparece en todas las imágenes del arte cristiano occidental. 
La imagen permanece todo el año en el santuario menos tres meses, desde el domingo de Pascua cuando comienza un periplo por 280 pueblos de Navarra. Sólo un día al año, el día de la romería de Igaratza que se celebra en agosto, entra en territorio guipuzcoano, donde también cuenta con muchos fieles. 
En el santuario, además de su historia, sigue vigente la leyenda de Teodosio de Goñi, a quien se dice que el arcángel libró del monstruo que se alojaba en una sima sobre la que se construyó el santuario. Todavía hoy, los visitantes se asoman por el agujero que queda de dicha sima mientras rezan el credo y se pasan por el cuerpo las cadenas que Teodosio llevó. Quienes quieran conocer los detalles de este santuario, al que puede accederse desde Lekunberri (18 km.) o desde Uharte-Arakil, pueden aprovechar las visitas guiadas gratuitas que bien el capellán, algún seminarista que ayuda en verano o alguna otra persona que cuida el monasterio os pueden ofrecer. Más información en: http://www.aralar-excelsis.com
