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6.4.15

La despedida de Mª Nieves


Lo primero dar gracias a todos por estos años que he convivido  con gente maravillosa. Para mí la Hospitalidad ha sido muchas cosas, un lugar donde he aprendido mucho y bueno, ha sido parte de mi vida 36 años que he intentado desde todos los frentes que me han tocado sobre todo ser persona, aunque a veces no lo haya conseguido.

Mis primeros años fueron especialmente felices, sirviendo aprendí y  me di cuenta que tenía una gran recompensa, los compañeros y los que llamamos “enfermos” me enseñasteis  de muchas maneras  a pisar tierra y a la vez mirar al cielo.

Creo que he aprendido algo, como ver en la sonrisa de la gente que no conoces, en la tristeza de la soledad, en el llanto de un niño con un montón de dificultades que no entiende nada de lo que le pasa, en los problemas cotidianos, que los hay y muchos..., el milagro de vivir de gente con un montón de limitaciones, a ver esa  luz que nos ilumina, como creyentes, y nos hace valorar esas cosas pequeñas que a la mayoría de la gente le parecen insignificantes, pero que para gente como nosotros, probablemente sea lo más importante del día, o de la vida.

Según han ido pasando los años, para mí la Hospitalidad (que somos todos) en momentos difíciles de mi vida ha sido una gran ayuda, un consuelo, un bálsamo para mis penas, he consolado más de una vez pero nada que ver con lo que yo he recibido de todos, enfermos y compañeros, doy gracias por todo ello, y quiero muy de veras pedir perdón por todo lo que he hecho mal  a veces por mi falta de delicadeza, de tacto, por mi falta muchas veces de humildad, en fin por todo lo que a lo largo de tantos años he fallado, y esto lo digo y lo pido, muy de veras porque así lo siento.

Me gustaría que estos últimos años, mi otoño casi invierno haya sido por lo menos para algunos de vosotros  primavera.

Gracias a personas como vosotros he remado en aguas muchas veces bellas y en ocasiones más revueltas.

Esto no es una despedida ni un adiós, quiero mientras pueda, seguir trabajando al servicio de la Hospitalidad donde haga falta y si algún día necesito ir a Lourdes de peregrina enferma iré para que me cuidéis y miméis como lo hacéis siempre.
   
A veces no sé cómo agradecer a Dios el haberme dado la oportunidad de conocer a la buena gente que conozco, el que personas como vosotros se hayan cruzado en mi camino.

Ahora nos quedamos  en muy buenas manos, hay un equipo estupendo y al frente una persona maravillosa, sabia nueva, a la que tenemos que apoyar como lo habéis  hecho y muy bien conmigo. 

¡GRACIAS AMIGOS! Que nuestra Amatxu nos bendiga.

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