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8.9.15

Cada etapa tiene un inicio y un final



De regreso a casa el año pasado tenía en mis manos la llave que cerraba ese camino que tantos buenos momentos me ha dado. Hace unos años, con el apoyo de mis compañeros, asumí con mucha ilusión y compromiso la responsabilidad de coordinar el equipo de jóvenes y a día de hoy la valoración de esta experiencia es muy positiva; es por ello que ha llegado la hora de dar el testigo a una nueva generación.
Hace diez años acudía por primera vez a Lourdes y todo era nuevo para mí, nada era familiar aunque tenía claro que esos cuatro días iban a ser diferentes, tenía muchas ganas de conocer lo desconocido y sobre todo, dar sin esperar nada a cambio. Aún así, nunca llegué a imaginar en ese momento que ese pequeño pueblo ubicado en los pirineos y cada una las personas que participan en la peregrinación me iban aportar tanto, donde lo más pequeño es lo más grande. Ese abrazo, esa sonrisa, esos momentos de complicidad y sinceridad, esos momentos de silencio donde las miradas hablan, esas risas, y a veces esas lágrimas, empatizar, ayudar, acompañar, escuchar, compartir, sentir… Y qué decir, de las numerosas actividades que vamos realizando año tras año con los jóvenes, por ejemplo, esos viernes a la tarde preparando las ofrendas y pintando de color nuestras manos, o los concursos de baile para mover el esqueleto, y todas esas manualidades que hacemos para disfrazarnos y que luego los chavales los llevan como recuerdo, etc. Y si vamos unos años atrás, ¿quién no se acuerda de un musical de Grease? ¿y de las excursiones a Idron? ¿y de las muchas “bodas” que se han celebrado en la misa de los jóvenes?. Sin duda, hemos conseguido convertir para los jóvenes Lourdes en una feria con puestos, en un lugar donde se han celebrado la tamborrada, los carnavales, la feria de Abril, las regatas de la Concha… Cuatro días, dan para mucho…


Lo que empezó a ser un viaje a un lugar muy visitado pero a su vez desconocido, a esperar año tras año el momento de emprender el camino donde el regreso siempre va a ser más enriquecedor. En un corto plazo, de hospitalaria a responsable de un servicio y miembro del consejo en el cual llevo varios años. Durante estos años siempre he tenido el respaldo de mis  compañeros del consejo en todas las decisiones e iniciativas planteadas de cara a los jóvenes, además de su inestimable ayuda en el transcurso de la peregrinación. Actualmente somos varios los jóvenes que estamos en el consejo y junto con el resto de consejeros, cada uno con su visión y experiencia, formamos un equipo comprometido que comparte el mismo fin.
Ambas responsabilidades, me han dado la oportunidad de tener una visión más global de la hospitalidad, de conocer la organización desde dentro, de aprender, de compartir, de conocer a más compañeros de la hospitalidad como de otras hospitalidades, etc. Sin duda, una etapa muy enriquecedora.
Agradecer al equipo de jóvenes, al consejo y a todos los compañeros de la hospitalidad por darme esta oportunidad además de su ayuda y apoyo estos años. Sus consejos y sobre todo, la voz de la experiencia, han sido de gran ayuda a la hora de solventar las dificultades que han ido surgiendo en el camino. También tengo palabras de agradecimiento para mis compañeros Scout Pañoletas Blancas, con quienes comparto muchas horas en la peregrinación, además de en el stage ayudando en la estación. Mismo lugar, Lourdes, pero distintas actividades junto con el espíritu de equipo, el compañerismo y el compromiso me han guiado a conocer otra parte de Lourdes y a vivir otra experiencia única.


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